Ya sea que estés embarazada, seas el conductor designado o simplemente prefieras estar sobrio a veces o siempre (no creo que nadie necesite una excusa para no beber alcohol), ¡esta publicación es para ti!
El vino sin alcohol no es nuevo, pero su popularidad está creciendo y, con el creciente interés del consumidor, se está invirtiendo más tiempo y atención en mejorar los procesos mediante los cuales se crea; para los productores que están genuinamente comprometidos con este proceso, el resultado es un vino sin alcohol de mejor sabor, de mayor calidad y una experiencia sensorial general mejorada.
¿Qué es el vino desalcoholizado?
El vino desalcoholizado (o vino sin alcohol) comienza siendo un vino completamente fermentado, al igual que el vino tradicional, antes de ser desalcoholizado. El proceso de fermentación es importante en los vinos sin alcohol para preservar al máximo las características del vino tradicional; de lo contrario, se obtiene un mosto caro y, en algunos casos, con mal sabor.
Los productores suelen eliminar el alcohol mediante uno de estos tres métodos: destilación al vacío (evaporación en película fina), ósmosis inversa o columnas de cono giratorio.
Osmosis inversa
Mediante un proceso de osmosis inversa se separan todos los componentes del vino según su tamaño molecular por distintos procedimientos de filtración a alta presión a través de membranas que únicamente permiten el paso del agua y del alcohol. El proceso se repite hasta obtener un concentrado de vino con todos los elementos que no pudieron atravesar la membrana al que se añade agua para recomponer el vino.
Columnas de conos rotatorios
En este caso el vino se separa en diferentes capas líquidas por centrifugación, mientras que un vapor frío (nitrógeno) desplaza las sustancias volátiles (aroma) antes de la desalcoholización. La evaporación y condensación repetitiva a bajas temperaturas consiguen separar los distintos elementos constituyentes del vino.
Destilación al vacío
La destilación al vacío permite separar el alcohol a temperaturas más templadas que la destilación tradicional, preservando mejor el sabor natural del vino. No obstante, y pese a su precio contenido, los vinos obtenidos mediante este proceso no son los de mayor calidad, pues el proceso volatiza buena parte de los aromas del vino durante la evaporación del alcohol.
¿Por qué es tan difícil encontrar vino sin alcohol de buen sabor?
El proceso de crear vino sin alcohol de calidad es complejo. Eliminar el alcohol en sí no es el reto —aunque implica mano de obra adicional y maquinaria costosa—; el mayor reto reside en recrear el aroma, la sensación en boca y el cuerpo del vino una vez eliminado.
Aunque el etanol, el alcohol del vino, no tiene un sabor distintivo, sí tiene cierta sensación en boca y peso. Cuanto más alcohol, más pesado suele ser el vino, lo que contribuye a la sensación de redondez y a esa experiencia con cuerpo que tanto anhelamos.
El arte y la sutileza del vino desalcoholizado reside en calibrar la bebida una vez eliminado el alcohol para recuperar parte de ese aroma, sensación en boca y cuerpo sin añadir azúcar excesivo ni sabores artificiales. Esencialmente, el vino debe reconstruirse para que se asemeje al aroma, sabor y sensación familiares de los vinos que conocemos y amamos.
¿Cuánto alcohol tiene el vino tradicional?
La cantidad de alcohol en el vino (también conocido como etanol) se mide en alcohol por volumen (ABV). El ABV es la cantidad de etanol en un volumen determinado de líquido, expresada como porcentaje, y es el estándar mundial de medición.
El ABV del vino estándar (sin fortificar) oscila entre el 5,5 % y el 16 %, con un ABV promedio de alrededor del 12 %. En general, los vinos tintos tienden a tener más alcohol que los blancos (para equilibrar la intensidad de los taninos).
¿El vino desalcoholizado realmente contiene 0% de alcohol?
El término vino desalcoholizado se define legalmente como vino que contiene no más de 0.5% de alcohol por volumen, que es aproximadamente la misma cantidad o menos que la cantidad de alcohol que se produce naturalmente en el jugo de fruta.
Sí, así es, los jugos de fruta (y otros productos comunes de la despensa, como plátanos, pan, productos de panadería...) contienen alcohol (etanol), un subproducto natural de la fermentación del azúcar de la fruta por levaduras. La presencia de alcohol en bebidas y alimentos cotidianos puede ser bastante sorprendente.
Un Mercado en Crecimiento ~ Qué Observar
A medida que cambian las preferencias de los consumidores, se espera que las ventas globales de vinos sin alcohol sigan creciendo, y algunas empresas de investigación de mercado proyectan un crecimiento exponencial durante la próxima década.
Los consumidores buscan la experiencia completa: opciones aromáticas, con un sabor (y una apariencia) deliciosos, sin aditivos que compensen la ausencia de alcohol. Además, los consumidores aprecian que el contenido calórico del vino desalcoholizado sea significativamente menor que el de los vinos con alcohol. Una mayor conciencia sobre el origen de los ingredientes también significa que las opciones orgánicas seguirán creciendo a medida que los productores se adaptan para satisfacer la demanda de los consumidores, ¡lo cual es una buena noticia para nuestros cuerpos y nuestro planeta!
Mientras los vinos desalcoholizados sigan creciendo en popularidad, será más fácil encontrarlos en tiendas y, eventualmente, en restaurantes y bares (¡genial!).
¿Sabe el vino desalcoholizado a vino de verdad?
Ahora que ya sabes como se elabora el vino desalcoholizado, llega la pregunta del millón: ¿Sabe bien? Si has probado este método, sabes lo difícil que puede ser encontrar un buen vino sin alcohol.
Siendo honestos, debemos admitir que no tiene ni el aroma ni el cuerpo de un vino convencional, pero también que es una bebida sana y agradable que abre una puerta a todo un colectivo de consumidores por la que poder entrar en el maravilloso mundo del vino. En Alcornoque te ofrecemos una fina selección de vinos sin alcohol de calidad, de los mejores en todos los colores y estilos posibles. ¡A disfrutar!